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Caminar y sus beneficios para la salud

Caminar es una de las formas más sencillas y accesibles de realizar actividad física. Por lo general, se considera una actividad que la mayoría de la gente puede realizar y que además es apropiada para cualquier lugar, tanto en interiores como en exteriores; también tiene un riesgo muy bajo, no hay necesidad de ningún equipo especial y tiene un costo mínimo o nulo. Caminar con regularidad y a un ritmo de intensidad media puede brindar grandes beneficios para la salud. Puede prevenir determinadas enfermedades, enriquecer o complementar el tratamiento de algunas de ellas e incluso puede contribuir a la pérdida de peso. Todas estas son razones por las que caminar se considera una de las actividades físicas más convenientes, prácticas y valiosas que pueden equiparar o incluso superar los beneficios para la salud que produce el ejercicio.  


Aunque parezca muy sencillo, caminar es una actividad muy compleja en cuanto a movilidad corporal se refiere. Caminar involucra a los principales grupos de músculos de nuestro cuerpo: los músculos grandes de la parte inferior del cuerpo, que hacen la mayor parte del trabajo, pero también los músculos de los brazos y la parte superior del cuerpo, especialmente el tronco. Todos estos grandes grupos de músculos se coordinan y contraen juntos cuando caminamos. Más de la mitad de la masa muscular de nuestro cuerpo interviene en esta actividad [1], lo que provoca una reacción en cadena de efectos positivos. Por ejemplo, el esfuerzo que hacemos para caminar aumenta la demanda de oxígeno en las células musculares y nuestro corazón comienza a bombear más sangre para satisfacer esta demanda, por lo que nuestro ritmo cardíaco aumenta ligeramente, mejorando nuestra circulación, resistencia e incluso nuestro metabolismo. Por lo tanto, caminar marca el ritmo de muchos cambios fisiológicos simultáneos que resultan en múltiples beneficios para la salud.


A continuación, hablaremos de los múltiples beneficios para la salud que caminar puede aportar  y cuáles son las condiciones en las que podemos sacar el máximo provecho de nuestras caminatas.

Gasto energético al caminar

Caminar es una gran actividad que gasta energía, sin importar el ritmo y la duración. Sin embargo, los mejores beneficios para la salud se pueden obtener cuando adoptamos un ritmo de intensidad media para nuestras caminatas. Esto no quiere decir que caminar a paso lento no produzca ningún beneficio, solo que el paso medio suele brindar mayor recompensa.

Caminar más rápido de lo habitual y en cantidad suficiente dentro de la ‘zona de entrenamiento’ de más del 70% de la frecuencia cardíaca máxima, desarrolla y mantiene la aptitud física: la capacidad cardiovascular, la resistencia y el movimiento en la vida cotidiana que también proporciona reservas para satisfacer demandas excepcionales [2]. 

La tasa de gasto energético en una actividad física se puede medir en METs (por sus siglas en inglés), kilocalorías, julios o consumo de oxígeno. El equivalente metabólico de actividad (MET), por ejemplo, es la cantidad de energía que gastamos, por kilogramo de masa corporal, en comparación con la energía que gastamos cuando estamos sentados en silencio. 1 MET equivale a la cantidad de energía que gastamos cuando estamos sentados, en silencio y en reposo, que suele absorber 3.5 mililitros de oxígeno por kilogramo de masa corporal por minuto.


De acuerdo con el Informe Científico del Comité Asesor de las Directrices de Actividad Física de 2018, caminar despacio o pasear requiere aproximadamente 2.0 MET; caminar a aproximadamente 3 millas por hora requiere 3.3 MET, y correr a 5 millas por hora requiere aproximadamente 8.3 MET [3].


Según este Comité, una actividad física puede considerarse “sedentaria” cuando requiere 1.5 METs o menos. En este sentido, caminar a paso lento, es decir, igual o menor a 2 millas por hora, se considera una actividad de intensidad ligera, como lo son también cocinar o estar de pie mientras se hace el mandado. Caminar a un ritmo medio o enérgico (entre 3 y 4 millas por hora), por otro lado, es una actividad de intensidad moderada, similar a trapear, pasar la aspiradora o rastrillar un jardín. Caminar a una velocidad de 4.5 a 5 millas por hora y, por supuesto, correr se considera una actividad de intensidad vigorosa [3].


Por supuesto, el gasto energético realizado al caminar depende de muchos factores diferentes. Esto es lo que hace que caminar sea una actividad tan flexible y adaptable. El ritmo al caminar se puede ajustar a más bajo o más alto, pero también, el esfuerzo puesto en cada paso puede ser más alto o más bajo, dependiendo de la pendiente o suavidad del camino a caminar. Las variables de distancia o tiempo caminando también afectan la cantidad de energía que se invierte en esta actividad.

Recomendaciones para caminar

Caminar es una actividad muy recomendable para todos los grupos de edad. 


De acuerdo con las pautas y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, los adultos de 18 a 64 años deben hacer al menos 150 a 300 minutos de actividad de intensidad moderada, como andar en bicicleta, bailar, hacer senderismo, patinar o caminar a paso ligero, por semana. Otra alternativa es hacer de 75 a 150 minutos de actividad de intensidad vigorosa, como correr, nadar, saltar, aeróbicos o cualquier deporte, por semana.


Los niños y adolescentes de 5 a 17 años deben realizar una media de 60 minutos por día de actividad de intensidad moderada a vigorosa [4]. Lo mismo se aplica a los niños muy pequeños, menores de 5 años.


Caminar es una de las formas más fáciles y convenientes de practicar ejercicio y quemar calorías. Caminatas de 30 minutos a 1 hora, ya sea diariamente o 3 días a la semana, a un ritmo medio o rápido, es una excelente manera de comenzar una rutina de ejercicios fácil y saludable.


Caminar también es una forma de impulsar un estilo de vida más activo entre personas de la tercera edad o aquellas que llevan una vida sedentaria. 


Caminar es ideal como un comienzo suave para los sedentarios, incluidos los ancianos inactivos e inmóviles, lo que aporta una ventaja de independencia y bienestar social. Como norma general, se indica una progresión gradual desde un ritmo lento a uno regular y hasta 30 minutos o más de caminata rápida (es decir, 6.4 km / h) la mayoría de los días [2].

Se ha comprobado que caminar, incluso a paso lento, tiene buenos beneficios para la salud, especialmente en las personas mayores. Un estudio en el que participaron 189 personas con una edad media de 66.8 años concluyó que caminar a baja intensidad, es decir, menos de 100 pasos por minuto, mejora la función física, la salud mental y la calidad de vida [5].


Para las personas que realizan ninguna o poca actividad física, reemplazar sus hábitos sedentarios por actividades moderadas a vigorosas reduce el riesgo de todas las causas de mortalidad, la incidencia de enfermedades cardiovasculares y de diabetes tipo 2 [3] . 

Beneficios de la salud al caminar

Todo el mundo puede beneficiarse de caminar, independientemente de la edad. Caminar es ideal para niños, adolescentes, adultos, personas de la tercera edad e incluso mujeres embarazadas. En este sentido, caminar puede aportar diferentes tipos de beneficios para cada tipo de población.

Beneficios para niños entre 3 y 6 años


Beneficios para niños y adolescentes entre 6 y 17 años


Beneficios entre adultos de todas las edades

Beneficios entre los adultos mayores


Beneficios entre mujeres embarazadas o en posparto

Riesgos de caminar

Los beneficios de caminar suenan maravillosos … pero ¿existen riesgos asociados? Algunos han señalado los posibles peligros de caminar, especialmente en nuestras ciudades densamente pobladas en las que los accidentes de tráfico y la contaminación del aire son la norma más que la excepción. Por ejemplo, es cierto que los caminantes o los corredores distraídos que hacen ejercicio con los auriculares puestos tienen un mayor riesgo de sufrir accidentes.

También es cierto que la calidad del aire en algunas ciudades está lejos de ser la ideal. Sin embargo, el peligro del comportamiento sedentario es mucho mayor que los peligros poco probables de caminar.

Cuando se trata de caminar, los beneficios parecen superar los riesgos. En este sentido, los caminantes y corredores deben tomar las medidas adecuadas para evitar cualquiera de los riesgos asociados,


Cómo iniciar y mantener caminatas rutinarias

Si deseas comenzar tu propia rutina de caminata, aquí hay algunas recomendaciones:

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Referencias

[1] P. Kelly, M. Murphy, and N. Mutrie, “The Health Benefits of Walking,” in Transport and Sustainability, vol. 9, C. Mulley, K. Gebel, and D. Ding, Eds. Emerald Publishing Limited, 2017, pp. 61–79. doi: 10.1108/S2044-994120170000009004.

[2] J. N. Morris and A. E. Hardman, “Walking to Health,” Sports Med., vol. 23, no. 5, pp. 306–332, May 1997, doi: 10.2165/00007256-199723050-00004.

[3] Physical Activity Guidelines Advisory Committee, “2018 Physical Activity Guidelines Advisory Committee Scientific Report,” U.S. Department of Health and Human Services, Washington, D. C., 2018. [Online]. Available: https://health.gov/sites/default/files/2019-09/PAG_Advisory_Committee_Report.pdf

[4]Physical activity,World Health Organization, Nov. 26, 2020. https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity (accessed Sep. 30, 2021).

[5] V. R. Varma et al., “Low-Intensity Walking Activity Is Associated With Better Health,J. Appl. Gerontol., vol. 33, no. 7, pp. 870–887, Oct. 2014, doi: 10.1177/0733464813512896.

[6] S. Park, L. Rink, and J. Wallace, “Accumulation of physical activity: blood pressure reduction between 10-min walking sessions,” J. Hum. Hypertens., vol. 22, no. 7, pp. 475–482, Jul. 2008, doi: 10.1038/jhh.2008.29.

[7] C. Y. Jeon, R. P. Lokken, F. B. Hu, and R. M. van Dam, “Physical activity of moderate intensity and risk of type 2 diabetes: a systematic review,” Diabetes Care, vol. 30, no. 3, pp. 744–752, Mar. 2007, doi: 10.2337/dc06-1842.

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La Doctora Liza María Pompa González es miembro de las siguientes asociaciones y participa de forma regular en sus congresos y conferencias, en calidad de ponente y/o asistente:

  • Asociación Mexicana de Cirugía General
  • Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas
  • Fellow del Colegio Americano de Cirujanos
  • Asociación Americana de Cirugía para la Obesidad y Metabólica, como miembro internacional
  • International Bariatric Club
  • Federación Internacional de Obesidad
  • Federación Internacional de Obesidad
  • Asociación Estadounidense de Diabetes
  • Asociación de Exalumnos de Harvard

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