La depresión se considera un trastorno del estado de ánimo caracterizado por sentimientos persistentes de tristeza y falta de interés en cosas que antes se disfrutaban. Afecta casi todos los aspectos de la vida de una persona y puede provocar problemas de salud adicionales.
No hay una conclusión definitiva sobre su causa. Puede afectar a cualquier persona, incluso aquéllas que viven una vida aparentemente estable y feliz, aunque es común que la sufra más de un miembro de la familia. Condiciones médicas como problemas de tiroides, anemia o deficiencias vitamínicas pueden imitar los síntomas, por lo que es esencial descartar alguna condición médica.
Es común que las personas que sufren de obesidad tengan depresión o al revés. Ambas condiciones pueden provocar aislamiento y tristeza, frustración y auto-repudio. La obesidad también afecta la salud en general con síntomas que pueden ser similares a las características clásicas de la depresión.
El papel del ejercicio y nutrición
Muchas personas encuentran que el ejercicio regular ayuda a mejorar su estado de ánimo. La investigación muestra que la actividad física es en realidad un tratamiento eficaz para algunos pacientes, sin embargo personas con depresión moderada a severa necesitan tratamiento adicional.
No es raro que pacientes que sufren de depresión empiecen a subir de peso. Las razones pueden variar de persona a persona, pero extensos estudios y meta-análisis han encontrado un vínculo entre obesidad y depresión; dos temas de salud importantes.
Algunos consejos de nutrición y ejercicio que pueden ayudar a mitigar los síntomas de la depresión son:
- Evitar bebidas azucaradas. Un aumento rápido de azúcar en la sangre puede hacerte sentir “arriba” muy rápidamente y luego “abajo” igual de rápido.
- Limitar harinas refinadas. Los altibajos de azúcar en sangre pueden dejarte sintiéndote insatisfecho y contribuir a sentimientos de depresión y ansiedad.
- Decir no a los edulcorantes artificiales. Estudios han encontrado vínculos entre los edulcorantes artificiales y los cambios de ánimo y apetito.
- Mantener bajo control el consumo de alcohol. El alcohol puede ser una espada de doble filo; una o dos bebidas te pueden relajar y ayudarte a socializar, pero una mayor cantidad puede exacerbar muchos o todos los síntomas de depresión. Evita el alcohol si no eres capaz de limitarte a una o dos bebidas alcohólicas.
- Renunciar a una dieta “rápida”. Consumir demasiada comida chatarra y rápida es un factor de riesgo para la obesidad y puede hacerte sentir aletargado.
- Hacer de la actividad física parte de tu vida cotidiana para aprovechar todas sus ventajas para tu salud física y mental.
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