Diabetes y el embarazo

Pacientes de todos los orígenes llegan a LIMARP® porque buscan mejorar su calidad de vida y emprender un camino más saludable. Nuestro equipo […]

Diabetes y el embarazo

Pacientes de todos los orígenes llegan a LIMARP® porque buscan mejorar su calidad de vida y emprender un camino más saludable. Nuestro equipo multidisciplinario, liderado por la Dra. Liza María Pompa González, ofrece diferentes servicios de salud para ayudarte a alcanzar tus metas de peso y vencer la obesidad: desde planes de dieta y ejercicio, hasta orientación psicológica e intervención quirúrgica.

La diabetes es una enfermedad crónica que afecta el cuerpo, específicamente los ojos, el corazón, los riñones y los nervios. Esta enfermedad afecta los procesos de la glucosa, un tipo de azúcar que sirve como energía primaria para el organismo. Esta condición trata de cómo tu cuerpo convierte el azúcar de los alimentos en energía y alrededor de 422 millones de personas en todo el mundo han sido diagnosticadas con diabetes[1].

Esta condición presenta riesgos severos tanto para la madre como para el bebé durante el embarazo ya que implica riesgos y complicaciones.

Aunque hay varios tipos de diabetes, los especialistas pueden controlar los riesgos y las complicaciones asociadas con la diabetes durante el embarazo con la planificación y la medicación adecuadas.

Este artículo se sumergirá en cada tipo de diabetes que puede presentarse durante un embarazo.

Ten en cuenta que la siguiente información no se aplica necesariamente a todos los casos y que si reconoces algún síntoma, debes comunicarte con tu médico de inmediato.

Tipos de diabetes en el embarazo

Varios tipos de diabetes pueden ocurrir durante el embarazo, como la diabetes gestacional[2], que es el tipo de diabetes que aparece durante el embarazo, generalmente en el segundo o tercer trimestre. En algunos casos, este tipo de diabetes desaparece después del parto. Sin embargo, las mujeres que desarrollan diabetes gestacional durante el embarazo corren un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida.

La diabetes tipo 1 es diferente. Ocurre cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca las células que producen insulina en el páncreas, por lo que el cuerpo no puede usar el azúcar en la sangre como energía. La insulina es la hormona que regula los niveles de azúcar en sangre[3].

La diabetes tipo 2, por otro lado, aparece cuando el cuerpo se resiste a la insulina o cuando el páncreas no produce suficiente insulina para mantener los niveles normales de azúcar en la sangre. Esto significa que con la diabetes tipo 2 tu cuerpo no usa bien la insulina y no puede mantener el azúcar en la sangre en niveles normales[4].

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer exige más insulina debido a que el feto en crecimiento necesita energía para desarrollarse. Las mujeres diagnosticadas con cualquier tipo de diabetes necesitarán citas periódicas para controlar sus niveles de azúcar en la sangre durante el embarazo. Esto puede implicar ajustar las dosis de los medicamentos, controlar los niveles de azúcar en la sangre con más frecuencia y hacer cambios en el estilo de vida.

Por lo tanto, las mujeres con diabetes gestacional o diabetes tipo 1 y 2 pueden manejar su condición cambiando su forma de vida, como llevar una dieta saludable y establecer una rutina de ejercicios. Algunas mujeres también pueden necesitar controlar sus niveles de azúcar en la sangre y tomar medicamentos, como insulina.

Diagnóstico, manejo y planificación previa a la concepción

La diabetes diagnosticada durante el embarazo implica que las mujeres embarazadas se sometan a una prueba de tolerancia a la glucosa. Si se diagnostica diabetes durante el embarazo, el tratamiento y la gestión dependerán del tipo de diabetes y de la gravedad de la afección.

Como se mencionó anteriormente, la planificación previa a la concepción es clave para controlar la diabetes durante el embarazo. Las mujeres que planean quedar embarazadas deben trabajar con su médico para optimizar sus niveles de azúcar en la sangre antes de quedar embarazadas.

La insulina en el embarazo es una opción con niveles sanguíneos irregulares, pero es imprescindible visitar a un médico personal para tomar las precauciones necesarias. Esto puede implicar ajustar las dosis de los medicamentos o hacer cambios en el estilo de vida para tener un mejor control del azúcar en la sangre.

Insulina en el embarazo

Las mujeres embarazadas pueden experimentar resistencia a la insulina, lo que hace que el cuerpo responda menos a la insulina. La resistencia a la insulina durante el embarazo es un proceso fisiológico natural que permite que la glucosa llegue al feto en crecimiento para su crecimiento y desarrollo. Sin embargo, en algunos casos, la resistencia a la insulina puede volverse más severa y provocar diabetes gestacional.

Controlar los niveles de insulina durante el embarazo es vital tanto para la madre como para el bebé, ya que los niveles altos de azúcar en la sangre pueden aumentar el riesgo de complicaciones durante el embarazo. Además, los niveles de azúcar en sangre mal controlados durante el embarazo aumentan el riesgo de que el bebé desarrolle problemas de salud, como hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en sangre)[5] y síndrome de dificultad respiratoria (SDR).

El control de los niveles de azúcar en la sangre y el control de los niveles de insulina a través de la dieta, el ejercicio y la medicación son cruciales durante el embarazo para garantizar la salud tanto de la madre como del bebé.

Factores de riesgo de diabetes en el embarazo

La diabetes durante el embarazo es riesgosa tanto para la madre como para el bebé si no se trata. Algunos de los riesgos y complicaciones asociados con la diabetes durante el embarazo incluyen:

  • Macrosomía: una condición en la que el bebé crece demasiado, lo que puede provocar complicaciones durante el parto. Además de causar molestias a la mujer durante los últimos meses del embarazo, un bebé demasiado grande puede hacer que la madre necesite una cesárea para dar a luz. El bebé puede nacer con daño en los nervios debido a la presión sobre el hombro durante el parto[6].
  • Preeclampsia o presión arterial alta: las mujeres embarazadas pueden presentar signos de daño en otros órganos, como los riñones, el hígado o el cerebro. Esta circunstancia podría llevar a que el bebé nazca antes de tiempo y también podría causar convulsiones o un accidente cerebrovascular (un coágulo de sangre o una hemorragia en el cerebro que puede provocar daño cerebral) en la mujer durante el trabajo de parto y el parto[7].
  • Muerte fetal o aborto espontáneo: esta es una complicación grave que puede ocurrir cuando el bebé muere en el útero después de las 20 semanas de gestación. Una mujer que tiene diabetes que no está bien controlada tiene más posibilidades de tener un aborto espontáneo o muerte fetal.
  • Defectos de nacimiento: los órganos del bebé se forman durante los dos primeros meses del embarazo, a menudo antes de que la mujer sepa que está embarazada. Las mujeres con diabetes no controlada durante el embarazo tienen un mayor riesgo de dar a luz a un bebé con defectos de nacimiento, como defectos cardíacos o del tubo neural.

Atención posparto

La atención posparto también es esencial para las mujeres con diabetes tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional. El Colegio Estadounidense de Obstetricia y Ginecología (ACOG) y la Asociación Estadounidense de Diabetes (ADA) recomiendan que las mujeres con diabetes gestacional reciban atención de 6 a 12 semanas después del parto para evaluar la presión arterial, el índice de masa corporal (IMC) y el perfil metabólico, además a las preocupaciones posparto de rutina[8]. Como se dijo antes, las mujeres con diabetes gestacional tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida, por lo que se recomiendan visitas regulares de seguimiento con su médico para controlar su condición después del parto.

Prevención de la diabetes gestacional

Aunque la diabetes gestacional no siempre se puede prevenir, las mujeres pueden tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollar la afección durante el embarazo[9]. Aquí hay algunos consejos para su prevención:

  • Mantener un peso saludable: tener sobrepeso u obesidad aumenta el riesgo de diabetes gestacional. Las mujeres que planean quedar embarazadas deben aspirar a lograr un peso saludable antes del embarazo y continuar manteniéndolo durante todo el embarazo.
  • Consumir una dieta saludable: una dieta balanceada incluye elegir alimentos bajos en azúcar y carbohidratos refinados y altos en fibra, proteínas y grasas saludables. Comer comidas y refrigerios regulares también es importante para estabilizar los niveles de azúcar en la sangre.
  • Hacer ejercicio regularmente: la actividad física regular que es moderadamente intensa, como caminar a paso ligero, reduce el nivel de azúcar en la sangre y lo hace más sensible a la insulina, por lo que su cuerpo no necesitará tanta. Asegúrate de consultar con tu médico sobre qué tipo de actividad física puedes hacer y si hay alguna que debas evitar.
  • Controlar los niveles de azúcar en la sangre: las mujeres que corren un alto riesgo de diabetes gestacional deben controlar sus niveles de azúcar en la sangre en casa. Esto implica medir los niveles de azúcar en la sangre varias veces al día con un medidor de glucosa.

Cirugía bariátrica y diabetes

Las investigaciones han demostrado que la cirugía bariátrica puede conducir a la remisión de la diabetes tipo 2 en muchos pacientes, lo que significa que sus niveles de azúcar en la sangre vuelven a la normalidad sin necesidad de medicamentos para la diabetes. Este efecto es más pronunciado en personas que han tenido diabetes por un período más corto y que tienen un mejor control del azúcar en la sangre antes de la cirugía.

Las operaciones quirúrgicas con derivación intestinal y principalmente exclusión duodenal-yeyunal han mostrado consistentemente efectos beneficiosos sobre la homeostasis de la glucosa al reducir la resistencia a la insulina y aumentar la secreción de insulina[10].

En resumen, la cirugía bariátrica puede ayudar con la diabetes al inducir la pérdida de peso, mejorar la sensibilidad a la insulina y la regulación de la glucosa, y conducir a la remisión de la diabetes tipo 2 en algunos pacientes. Sin embargo, la cirugía bariátrica es un procedimiento quirúrgico importante con riesgos y complicaciones potenciales, y solo debe considerarse después de una evaluación y discusión cuidadosas con un proveedor de atención médica calificado.

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Referencias