La obesidad y los problemas de salud asociados con ella han existido durante siglos. Sin embargo, el campo de la medicina bariátrica es relativamente nuevo y data de unos 70 años. Durante este tiempo, los avances médicos y tecnológicos han llevado a métodos efectivos y seguros de varios tipos de cirugía bariátrica .
A continuación, discutiremos la historia de la cirugía bariátrica y los diferentes hitos que han llevado a los avances médicos actuales en la medicina bariátrica. Si tienes interés en saber más sobre cualquiera de los procedimientos que estás a punto de leer, comunícate a nuestra clínica ubicada en Tijuana, México.
Siglo X : Derrota a la obesidad para recuperar el trono
Informes históricos del siglo Xafirman que fue el rey de León, D. Sancho, quien se sometió a la primera “cirugía bariátrica”. Según estas afirmaciones, su obesidad le dificultaba caminar, montar a caballo y tomar su espada; como resultado, perdió su trono. Posteriormente fue intervenido por un médico judío llamado Hasdai Ibn Shaprut , en Córdoba, España, quien suturó los labios del rey de León, dejando sólo una pequeña abertura en el centro. De esta forma, el rey solo podía ser alimentado con una dieta líquida de hierbas a través de un popote. El rey Sancho perdió rápidamente la mitad de su peso corporal, volvió a León y recuperó su trono [1] . Qué increíble historia de éxito, ¿verdad?
1954: el primer bypass yeyuno-ileal
Esta última supuestamente fue la primera intervención médica que intentó promover una pérdida de peso significativa. Sin embargo, pasaron muchos años antes de que la comunidad médica comenzara a desarrollar métodos serios para vencer la obesidad y lograr la pérdida de peso.
Fue en 1954 cuando se realizó la primera cirugía bariátrica, digamos, “moderna”: John Linner, bajo la tutela de Richard L. Varco y la supervisión de Owen H. Wangensteen, practicó el primer bypass yeyuno-ileal en un modelo canino. Este procedimiento fue uno en el que se desvió la mayor parte del intestino delgado. La intervención fue tan magistralmente realizada que fue presentada en el American Surgical Spring Meeting de ese mismo año [2] . Esa presentación más tarde inspiró a otros cirujanos a practicar y perfeccionar la misma técnica.
60: el otrora famoso bypass yeyunoileal
Durante la década de los 60, un equipo interdisciplinario liderado por un cirujano, un gastroenterólogo y un patólogo, inspirado en el método de Linner, realizó un gran estudio en el que intervinieron a diez pacientes mediante la realización de derivaciones yeyuno-cólicas terminolaterales . Fue el cirujano de este equipo, Payne, quien primero acuñó el término “obesidad mórbida” para animar a las compañías de seguros a pagar este tipo de cirugías. La pérdida de peso ocurrió en todos los pacientes del estudio, pero la mayoría recuperó su peso y necesitó una revisión de su cirugía.
Luego, el equipo modificó la técnica para poder dejar una cantidad razonable de yeyuno y una porción más pequeña del íleon en continuidad con la comida ingerida.
Esto condujo a un mantenimiento a largo plazo de la pérdida de peso. Así, la década de los 60 fue testigo de un mayor número de pacientes que recibieron derivaciones yeyuno-ileales o yeyuno-cólicas que fueron perfeccionándose progresivamente. Sin embargo, las complicaciones que derivaron de estos procedimientos también fueron muy altas: algunos pacientes experimentaron insuficiencia hepática, desnutrición, deficiencias vitamínicas, malabsorción, cálculos renales, cetosis, hiperoxaluria, etc. [2] .
Eran tiempos diferentes
En aquel entonces, la mayoría de los médicos no estaban interesados en tratar la obesidad. La cirugía bariátrica era vista como una práctica médica realizada por un grupo de renegados quirúrgicos que podrían estar atendiendo problemas y enfermedades “reales”. La obesidad no fue reconocida como una condición de salud sino como el resultado de malas elecciones de vida, glotonería y pereza. Esta mentalidad conduce a la discriminación de los pacientes obesos y a la falta de apoyo y recursos para los cirujanos bariátricos. Fue mucho, mucho más tarde que la comunidad médica y quirúrgica descubrió la relación de la obesidad con otras comorbilidades como la diabetes.
1967: el origen del bypass gástrico
Otro avance importante ocurrió en 1966, cuando el Dr. Edward E. Mason, un cirujano de la Universidad de Iowa, notó que sus pacientes con cáncer que se sometieron a una gastrectomía subtotal perdieron una cantidad considerable de peso con éxito.
Pronto propuso el primer bypass gástrico mediante un corte horizontal a través del estómago con un asa que desvía la bilis del estómago y el esófago [1] . Se convirtió en el estándar quirúrgico en toda la comunidad médica. Mason continuó perfeccionando el procedimiento durante los años siguientes.
Más tarde modificó la técnica colocando una engrapadora de anastomosis de extremo a extremo a través del estómago y colocando un trozo de malla Marlex a través del orificio y de regreso a través de una abertura en la curvatura menor del estómago. Esta gastroplastia de banda vertical se hizo muy popular a principios de los años 80 y fue la cirugía bariátrica más popular en los Estados Unidos [2] .
1977: cableado de mandíbula
En 1977, se estaba probando el cableado de la mandíbula para tratar la obesidad como otro tipo de cirugía bariátrica. Ese año se publicaron 17 casos. La pérdida de peso fue exitosa y comparable al bypass gástrico, pero una vez que se retiraron los cables, los pacientes recuperaron el peso [1] .
1979: la derivación biliopancreática
En 1979, Nicola Scopirano realizó una operación que luego denominó derivación biliopancreática. Informó excelentes resultados de pérdida de peso que también requirieron un seguimiento a largo plazo para prevenir cualquier desnutrición o deficiencia de minerales [2] .
1986: el origen de la banda gástrica
La cirugía de bypass seguía siendo una opción viable ya que los médicos continuaban probando y mejorando sus técnicas. En 1986, L. Kuzmak inventó un anillo de silastic con un pequeño globo incrustado en la parte interna del anillo al que se podía acceder desde un depósito colocado por vía subcutánea [2] . Esto se convirtió en el origen de la banda gástrica ajustable. Este método tuvo mucho éxito durante varios años, ya que las cirugías bariátricas restrictivas producían mejores resultados y tenían menos complicaciones.
Las cirugías bariátricas entonces se vieron muy beneficiadas por los avances tecnológicos en cuanto a herramientas quirúrgicas, especialmente grapadoras.
1987: el origen de la manga gástrica
En 1987, Johnston realizó un procedimiento que luego se perfeccionó en la ahora conocida manga gástrica. La manga gástrica se había utilizado anteriormente como parte de un procedimiento más complejo, el cruce duodenal. Con esta innovación, la manga gástrica se convirtió más tarde en un procedimiento independiente.
1993: el surgimiento de los procedimientos laparoscópicos
Hasta ahora, y aún muchos años después, toda cirugía bariátrica se realizaba abriendo al paciente con una incisión en el abdomen, interviniendo y luego suturando la herida con puntos. Sin embargo, los grandes avances en tecnología, especialmente imágenes digitales y cámaras muy pequeñas, permitieron a los cirujanos participar en intervenciones menos invasivas. En octubre de 1993, Wittgrove y Clark realizaron el primer bypass gástrico laparoscópico en los Estados Unidos [2] .
El primer procedimiento exitoso de colocación de bandas laparoscópicas también ocurrió durante ese año y fue realizado por Broadbent [2] . Otros cirujanos y otras cirugías bariátricas comenzaron a seguir estos ejemplos.
El desarrollo de la cirugía laparoscópica mejoró la seguridad de los procedimientos bariátricos. Por ejemplo, la tasa de mortalidad operatoria se redujo a menos del 0.2 % y la tasa de complicaciones se redujo a solo un tercio de las complicaciones derivadas de los procedimientos abiertos. Además, las estadías en el hospital pasaron de 3 hasta 5 días a solo 2 días, y los pacientes tuvieron recuperaciones más rápidas [2] . Todos estos factores contribuyeron a reducir el costo de las cirugías bariátricas y hacerlas más accesibles y asequibles, tanto para los cirujanos como para los pacientes.
1995: un gran hallazgo sobre el bypass gástrico en Y de Roux
MacDonald y Pories fueron los primeros cirujanos que demostraron que el bypass gástrico en Y de Roux tenía efectos muy positivos en pacientes con diabetes tipo II [2] . Aunque la comunidad médica sabía que la pérdida de peso mejoraba la resistencia a la insulina y el metabolismo de la glucosa, la cirugía bariátrica no se reconocía como un tratamiento viable para la diabetes. Incluso en 1995, este hallazgo no llamó mucho la atención entre los médicos generales.
1998: la obesidad es vista como un problema de salud pública
Como se mencionó anteriormente, la obesidad solía verse como una molestia causada por malas elecciones de vida y había muchos prejuicios hacia las personas que luchaban contra la obesidad y la obesidad mórbida. Además, la mayoría de las cirugías bariátricas no eran vistas como intervenciones médicas, sino casi como remedios estéticos. Este tipo de idea podría ser la razón por la cual la mayoría de los seguros médicos no cubren este tipo de procedimientos.
Pero todo esto empezó a cambiar una vez que la Organización Mundial de la Salud reconoció la obesidad y la obesidad mórbida como una enfermedad en 1998 [3] . También la reconoció como un problema de salud pública de proporciones y consecuencias peligrosas. Hoy en día, la obesidad se ve como un problema sistémico que no recae únicamente en las elecciones de las personas, sino en muchos otros factores relacionados con la genética, las condiciones de salud, el uso de medicamentos, la cultura, la economía y mucho más. El reconocimiento de estos problemas también ha llevado a la mayoría de los seguros médicos a comenzar a cubrir las principales cirugías bariátricas, como el bypass gástrico y la manga gástrica.
Esto es interesante porque nos muestra que la cirugía bariátrica no solo se ha beneficiado de los avances tecnológicos y las innovaciones médicas, sino también de las políticas públicas y los cambios culturales a lo largo de los años.
Hoy día
La cirugía de pérdida de peso se ha vuelto más común a medida que la obesidad ha alcanzado sus picos más altos. Como tal, la cirugía bariátrica es reconocida hoy en día como el tratamiento más eficaz para la obesidad entre la comunidad médica y quirúrgica. Según la Sociedad Estadounidense de Cirugía Bariátrica y Metabólica, de 2011 a 2019, los cirujanos han realizado más de 1,851,000 cirugías bariátricas, solo en los Estados Unidos [4] ; e innumerables más se realizan en todo el mundo. Esto ha ayudado a disminuir los riesgos de muchas enfermedades que amenazan la vida, como la diabetes tipo II, las enfermedades cardíacas, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
En la actualidad, la mayoría de las cirugías bariátricas se realizan con técnicas laparoscópicas. La cirugía bariátrica más popular es, por mucho, la manga gástrica. Más de la mitad de las cirugías bariátricas del mundo representan este tipo de cirugía [5] . El segundo más popular es el bypass gástrico.
Ponte en contacto con nosotros
En LIMARP Centro de Excelencia Internacional para la obesidad, ofrecemos un programa bariátrico integral que incluye una intervención médica (ya sea quirúrgica o no quirúrgica), orientación nutricional, asesoramiento psicológico, una rutina de ejercicios personalizada y seguimiento a largo plazo. También ofrecemos paquetes todo incluido para pacientes que nos visitan desde el exterior; estos incluyen transporte y reservas de hotel. Nuestra cirujana principal y directora ejecutiva, la Dra. María Liza Pompa González, cuenta con las habilidades quirúrgicas, las certificaciones y las designaciones que la convierten en líder en su campo y en una excelente opción para su cirugía bariátrica. Contáctanos en línea hoy para programar tu consulta. Nuestro equipo de expertos estará encantado de ayudarte.
Referencias
[1] G. R. Faria, “A brief history of bariatric surgery”, Porto Biomed. J., vol. 2, núm. 3, pp. 90–92, may 2017, doi: 10.1016/j.pbj.2017.01.008.
[2] E. Chousleb, J. A. Rodriguez, y P. O’Leary, “History of the Development of Metabolic/Bariatric Surgery”, en The ASMBS Textbook of Bariatric Surgery, 2a ed., Springer, pp. 37–46.
[3] F. Arrieta y J. Pedro-Botet, “Recognizing obesity as a disease: A true challenge”, Rev. Clin. Esp., may 2021, doi: 10.1016/j.rceng.2020.08.005.
[4] “Estimate of Bariatric Surgery Numbers, 2011-2019”, American Society for Metabolic and Bariatric Surgery, el 8 de marzo de 2021. https://asmbs.org/resources/estimate-of-bariatric-surgery-numbers (consultado el 11 de febrero de 2022).
[5] W. A. Brown et al., “6th IFSO Global Registry”, The International Federation for the Surgery of Obesity and Metabolic Disorders, 2021. [En línea]. Disponible en: https://www.ifso.com/pdf/ifso-6th-registry-report-2021.pdf