Carlos Acevedo

Mi evolución con la cirugía bariátrica: Recuperando mi vida Mi nombre es Carlos Acevedo Mendoza, tengo 59 años y vivo […]

Mi evolución con la cirugía bariátrica: Recuperando mi vida

Mi nombre es Carlos Acevedo Mendoza, tengo 59 años y vivo en Tijuana. En 2006, me sometí a una cirugía de banda gástrica, pero con el tiempo comenzó a causarme problemas. Después de investigar mis opciones, decidí hacerme la cirugía de manga gástrica para mejorar mi salud y calidad de vida.

Mi proceso para tomar la decisión

Antes de operarme, sufría de presión arterial alta, tenía muchas molestias al caminar y mis rodillas me dolían constantemente. Eso fue lo que me llevó a buscar una solución definitiva y acudir a LIMARP para evaluar si era candidato para la cirugía.

Consulté varias instituciones en Tijuana, pero escuchaba muchas historias de experiencias distintas, lo que me generaba cierta incertidumbre. Después de investigar, vi un anuncio de la Dra. Pompa en redes sociales y decidí conocer más sobre su trabajo. Su clínica estaba cerca de mi trabajo, así que un día me acerqué a pedir información. Desde la primera consulta, la forma en que me explicó todo me dio mucha confianza. Fue en ese momento que supe que era la persona indicada para mi cirugía.

Preparación y cirugía

Uno de los aspectos que más me convenció de operarme en LIMARP fue que realizan todos los estudios y evaluaciones en un solo lugar. Cuando acudí por primera vez, tenía un índice de masa corporal (IMC) de 60, por lo que la doctora me explicó que no podía operarme de inmediato. A diferencia de otros lugares donde me ofrecían la cirugía sin mayor preparación, en LIMARP me guiaron con un equipo de nutriólogos, psicólogos y médicos para seguir una dieta preoperatoria durante 20 días. Gracias a eso, llegué en las condiciones adecuadas para la cirugía.

El día de la operación, ya estaba mentalmente preparado y sin miedo. La confianza que la doctora me inspiró y la atención del equipo médico me hicieron sentir seguro y cómodo durante todo el proceso.

Recuperación y cambios en mi vida

Mi experiencia con el equipo de nutrición y psicología después de la cirugía ha sido excelente. Me han enseñado cómo alimentarme adecuadamente y seguir mi plan de dieta. En cada consulta, me motivan a continuar con mi tratamiento y a mantener el enfoque en mis objetivos.

Antes de la operación, pesaba 156 kilos. Cuatro meses después, ya peso 117 kilos. Más allá de la pérdida de peso, mi presión arterial ha mejorado, mis rodillas duelen menos y puedo caminar con mayor facilidad. Lo más importante es que ya no necesito tomar medicamentos para la presión alta.

Todavía tengo camino por recorrer, ya que necesito bajar más de peso para poder recibir tratamiento para mis rodillas. No sé si llegaré a mi peso ideal, pero sé que seguiré esforzándome porque mejorar mi movilidad es fundamental para mi bienestar.

Una decisión que valió la pena

Uno de los aspectos que más ha impactado mi autoestima es el cambio en mi ropa. Ahora uso tallas mucho más pequeñas, y eso me motiva día a día. Aunque es un compromiso de por vida, estoy decidido a continuar con éxito.

Recomiendo ampliamente a la Dra. Pompa porque es una profesional que te habla con sinceridad y te dice qué esperar en cada etapa del proceso. Incluso en mis consultas en el Seguro Social, mi doctor de cabecera me confirmó que estaba en las mejores manos en Tijuana.

Mi consejo para quienes estén considerando la cirugía es que busquen a los mejores especialistas, se informen bien y, sobre todo, se aseguren de estar en manos expertas.

A la Dra. Pompa, quiero agradecerle profundamente por su trabajo. Gracias a su experiencia y a todo lo que representa su clínica, hoy tengo una mejor vida y estoy seguro de que tomé la mejor decisión al operarme con ella.