Un frapuccino, malteada, latte con caramelo o licuado puede tener desde 550 hasta más de 1000 calorías. Con niveles de azúcar y grasa que representan más de lo que un adulto debe consumir en un día entero. Este es un dato que todos debemos considerar, no sólo cuando estamos tratando de bajar de peso sino cuando lo que deseamos es mantener los resultados que con grandes esfuerzos hemos logrado.
Los jugos y licuados o “smoothies” se han puesto muy de moda, pues representan una oportunidad de recibir nutrientes de manera rápida y práctica, pero debemos tener mucho cuidado cuando los pedimos. Un jugo o un licuado que contenga demasiada fruta va a resultar en una bebida con un índice glicémico demasiado alto y eso es precisamente lo que queremos evitar.
Un alimento o bebida con alto contenido de azúcar, aunque esta sea natural, eleva casi de manera inmediata el azúcar en sangre, lo que a su vez provoca que el páncreas produzca insulina para disminuir el nivel. Este proceso termina por almacenar el exceso de azúcar en nuestro cuerpo en forma de grasa. El ciclo fisiológico que tanto aporta al sobrepeso se desencadena y difícilmente se puede detener. El azúcar diversos efectos dañinos sobre el cuerpo y resulta altamente adictiva para la mayor parte de la gente.
Disminuir de manera progresiva el consumo de bebidas altas en azúcar es indispensable para la reducción de peso. Muchas veces la gente no está consciente de la cantidad de azúcar y calorías que bebe, aquí algunos ejemplos:
Cafés preparados
Un café, caliente o helado, con cremas de sabores, jarabes dulces y crema batida rápidamente se transforma de café en postre y puede aportar de 500 a 600 calorías.
Refrescos
Ya es de conocimiento general que los refrescos son uno de los vehículos más importantes por los que el azúcar entra a nuestros cuerpos y a nuestra vida, el consumo regular de refrescos puede contribuir al desarrollo de diabetes y obesidad, su relación con el aumento de grasa corporal es directo y esto se ha comprobado de manera contundente a través de una multitud de estudios.
Bebidas energéticas
Las bebidas energéticas, así como las deportivas, están muy de moda. Vale la pena reconsiderar muy seriamente el consumo de las primeras pues se han relacionados con enfermedades serias e inclusive con fatalidades. Pero el simple hecho de que ambas pueden aportar más azúcar que inclusive los refrescos es suficiente razón para dejarlos.
“Smoothies” comerciales
Muchas de estas bebidas están hechas con ingredientes muy altos en azúcar, lo que los convierte básicamente en una malteada que fácilmente rebasa las 450 calorías.
Bebidas alcohólicas
A veces cuando estamos en una fiesta, un bar o de vacaciones olvidamos que las bebidas alcohólicas están cargadas de azúcar. Una simple piña colada puede aportar hasta 700 calorías. La cerveza, el vino y las bebidas preparadas también aportan una cantidad importante de calorías, y algunas como las micheladas o clamatos contienen también altos niveles de sodio.
¿Qué hacer? En casa prepara aguas frescas de limón, jamaica o pepino y controla la cantidad de azúcar que agregues o bien utiliza stevia, usa el mismo criterio para preparar tu café y si deseas un café helado tómalo natural sobre hielo y agrega tu mismo el azúcar, stevia y leche descremada o leche de almendras. La opción de agua mineral con limón siempre es sensata y cuando decidas tomar alguna bebida alcohólica evita las que son preparadas y opta por licores finos mezclados con agua o agua mineral y modera tu consumo de vino o cerveza.
En LIMARP nos preocupa mucho la tendencia de consumir bebidas altamente azucaradas, pues diariamente vemos los efectos que esto ha tenido sobre nuestros pacientes. Toma la decisión hoy mismo, los efectos positivos serán evidentes muy pronto.
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